miércoles, 14 de enero de 2015

EJE HIPOTALAMO-HIPOFISIS-TESTICULO

La función testicular no es autónoma, sino que está controlada por el llamado eje hipotálamo-hipófiso-testicular (figura 1.2). En el hipotálamo se segrega la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) que estimula la producción hormonal por el lóbulo anterior de la hipófisis (la adenohipófisis): la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH).
La secreción de la GnRH y su ritmo son modulados por numerosos neurotransmisores. Los impulsos alfaadrenérgicos estimulan la secreción de GnRH. La noradrenalina y las prostaglandinas aumentan la secreción hipotalámica. Los impulsos betaadrenérgicos y dopaminérgicos poseen una acción inhibidora de la secreción de GnRH. Las endorfinas, la testosterona, la progesterona y la prolactina, segregada en situaciones de estrés, disminuyen la secreción de GnRH. La GnRH es liberada por el hipotálamo de forma pulsátil, con picos cada 90-120 minutos. Este tipo de liberación resulta esencial para el efecto estimulador de la secreción de gonadotropinas. Una administración continua de GnRH frenaría la secreción hipofisaria. La amplitud y la frecuencia de los pulsos de GnRH condicionan
los niveles de FSH y LH segregados por la adenohipófisis y, a su vez, la función gonadal.
Las hormonas hipofisarias estimulan las funciones testiculares: exocrina y endocrina.
Por otra parte, y debido al proceso de retroalimentación negativa, las hormonas producidas en el testículo ejercen efectos inhibidores sobre la secreción de la FSH y la LH 

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