El éxito de la realización del acto sexual femenino depende tanto de la estimulación psicológica como de la estimulación sexual local. La estimulación sexual local de la mujer es más o menos igual que la del hombre, pues el masaje y otros tipos DE estimulación de la vulva, la vagina y ciertas regiones del periné crean sensaciones sexuales. El glande del clítoris es especialmente sensible para iniciar estas sensaciones. Como en el varón, las sensaciones sexuales se transmiten a los segmentos sacros de la médula espinal a través del nervio pudendo y del plexo sacro. Una vez que estas señales han penetrado en la médula espinal, son transmitidas al cerebro. También los reflejos locales integrados en la médula espinal sacra y lumbar son, en parte, responsables de algunas reacciones en las relaciones sexuales femeninas.
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